lunes, 8 de julio de 2013

miércoles, 6 de febrero de 2013

martes, 18 de agosto de 2009

Clave Para Oraciones Efectivas



Vamos ahora a conocer algunas claves para que sus oraciones sean efectivas. Recuerde, una clave es un código de ingreso.
Orador es la persona que pide y ruega. Nosotros oramos y le pedimos a Dios. Antes, como dice el apóstol Pablo, en 1 Corintios 12, cuando éramos llevados en medio de nuestra ignorancia a los ídolos mudos, le orábamos a cualquier cosa y hasta creímos que nos respondían. Sin embargo, ahora que estamos con el único y verdadero Dios, debemos recordar que somos personas que oran y ruegan pero sólo a Dios.
Al ver un alpinista o un escalador podemos compararlo con el orador, pues la oración al igual que ellos es muy dinámica. No se trata de concentrarnos y entrar en un éxtasis, aunque se pueden vivir las dos situaciones durante la oración; se trata más bien de un dinamismo basado en la interacción entre Dios y la persona que ora, sea hombre o mujer, anciano o niño, lleve muchos años con el Señor o pocos.
No se trata de claves de antigüedad sino de situaciones que hay que tener en cuenta en el momento de orar, es importante entender esto para poder recuperar o ascender en la intensidad de la oración y no abandonarla jamás.Lo principal es nuestro contacto con Dios, porque necesitamos entender que sólo Dios nos puede responder. Dios no debe ser nuestro último recurso sino nuestro único recurso, a Dios le agrada eso. Podemos estar en medio de un avivamiento de oración y pasar desapercibido para nosotros.
La vida de un creyente debe ser una vida de oración. No es lo excepcional, debemos anhelar tiempos de oración diarios constantes, tiempos de oración personal. Los tiempos colectivos de oración y los tiempos personales de oración se complementan pero no se pueden remplazar los unos por los otros.
Los apóstoles estaban muy comprometidos, habían recibido un ejemplo de oración del Señor Jesús, estuvieron a su lado mientras Él estuvo en su ministerio terrenal. Él les habló de la oración pero también lo vieron orando y seguían su ejemplo en el templo o en cualquier lugar.
El libro de Hechos de los Apóstoles, en su capítulo tres, nos ilustra al respecto. Un poco antes, en el capítulo dos, ya habían sido llenos del Espíritu Santo y para una persona que es templo del Espíritu Santo se le hace necesario orar.
No es nuestra intención decirle cuánto tiempo debe orar, ni de qué forma o posición física, si arrodillado, acostado o sentado, ni donde lo debe hacer. Voy a hablarle de claves para que cuando usted esté orando encuentre las respuestas de Dios que está buscando.
Orador o mendigo
Debe definir si quiere ser un orador a Dios o un mendigo de los hombres. Buscando el significado de mendigo encontramos que tiene dos sinónimos: Limosnero y pordiosero. El mendigo se caracteriza porque ve en los hombres la solución a sus necesidades, al menos, en el contexto que vamos a ver.
El orador a Dios se diferencia ampliamente de la persona que se comporta como un mendigo en el ámbito cristiano. Ésta es la primera clave: Saber si usted es un orador a Dios o un mendigo de hombres.
“Un día subían Pedro y Juan al templo a las tres de la tarde, que es la hora de la oración”. Hechos 3:1Iban los dos apóstoles, dos cristianos normales que quieren orar en el templo. En aquella época había ciertas horas del día dedicadas para la oración en el templo. Dividían el día en cuatro vigilias de tres horas cada una y se establecían tiempos dentro de esas cuatro vigilias para orar en el templo.
Usted podrá preguntarse ¿Tiene que ser a las tres de la tarde o dentro de esos tiempos en las vigilias? No. Eso no es lo importante para Dios, Él no tiene hora, ni fecha, ni calendario, cuando usted necesite orar lo puede hacer en el lugar en donde esté. En este caso son muy específicos, ellos estaban yendo al templo porque su misión era ir a orar allí en ese momento.
“Junto a la puerta llamada Hermosa había un hombre lisiado de nacimiento, al que todos los días dejaban allí para que pidiera limosna a los que entraban en el templo”. Hechos 3:2
Tenemos el templo, tenemos las personas, tenemos a Dios que se supone los escuchaba. Pedro y Juan son oradores a Dios.
Tristemente, algunos llegan al cristianismo y al templo para que la gente que entra les solucione sus necesidades. ¿Somos oradores a Dios o mendigos de hombres?
Hagamos caso a lo que dice el Señor Jesús, entremos a nuestro lugar secreto y Dios que escucha lo que decimos en lo secreto nos recompensará en público.¿A través de personas? Posiblemente ¿A través de personas? Posiblemente, Dios puede escuchar su oración: “Señor, tengo esta necesidad, ¿me puedes ayudar por favor?”. Y Dios puede mover el corazón de una persona para que esa oración que usted ha hecho sea respondida.
Debo definir entonces, si soy como Pedro y Juan que entran a la presencia de Dios porque sabían claramente que Dios es el que soluciona todos los problemas o soy como este hombre que tenía un problema, estaba enfermo de nacimiento y parece ser que todos los días lo dejaban allí en esa puerta llamada Hermosa, para que le pidiera limosna a los que entraban al templo.
Esta última, es la característica de un mendigo de hombres, actitud que puede hallarse en nuestros corazones cuando nos quejamos delante de los hombres con el fin de provocar lástima.
Seguro que Pedro y Juan tenían sus necesidades: Espirituales, emocionales y materiales, pero ellos entraban en la presencia de Dios y veían sus respuestas. Sin embargo, este hombre estaba allí desde su nacimiento y se había convertido en alguien que provocaba lástima en la gente. Además, su situación era paupérrima, era un lisiado, tenía un grave problema.
Todos podemos tener necesidades pero, ¿cuál es nuestra actitud? ¿Colocamos la vista sobre las personas que creemos que nos pueden ayudar a solucionarlas? Si este es el caso, estamos perdiéndonos la gran oportunidad de que sea Dios el que nos supla directamente.
Seguiremos en la Segunda Parte de Este Tema hablando de la clave Mirando FijamenteQue Dios te siga llenando de su paz.
John Freddy y Ruth Betancurt.

lunes, 17 de agosto de 2009

Tentación En los Momentos De Flaqueza



“Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador…” (Mateo 4:2, 3).
La tentación, casi siempre, no viene en nuestros momentos de firmeza espiritual, pero, por el contrario, cuando nos sentimos más débiles. Cuando alcanzamos el límite de nuestra paciencia, amor, etc., es que somos intentados a abandonar nuestro vivir cristiano. Es preciso que tomemos mucho cuidado con eso. La tentación de Jesus comenzó cuando estaba en ayuno ya hacía cuarenta días. Las personas, normalmente, se ponen más sensibles cuando están viviendo debajo de presión. Una actitud de flaqueza puede comprometer toda una vida de testimonio.
En las luchas de nuestra vida, muchas veces, nos sentimos flacos y desanimados. Las frustraciones son muchas, los chascos se acumulan, el sol parece que no más brillará en nuestros días sombríos. Es exactamente en este momento que tenemos voluntad de “echar todo para el alto”, virar la espalda para nuestros sueños, desistir de nuestros propósitos, decir adiós a todo que hasta entonces significaba la mayor bendición de nuestra existencia: la vida con Dios.
Es exactamente ése el plan del demonio. Minar nuestras fuerzas, sacarnos del Camino, destruir nuestra esperanza.
Sabe que delante de las tormentas y crisis, no podrá impedir nuestra victoria. Quiere engañarnos, alejarnos del Señor, enflaquecernos cada vez más.
Necesitamos decir a él “no”. Necesitamos continuar creyendo en el Señor. Necesitamos seguir enfrente, perseverar, luchar por todo aquello que siempre anhelamos. Necesitamos creer que “somos más que vencedores” y que en cualquier situación, “podemos todas las cosas en Cristo Jesus, nuestro Señor y Salvador”.
Es en la hora de la flaqueza es que debemos ser fuertes, es en la hora de la caída que debemos mirar para el cielo y agarrar en las manos de Dios, es en la hora en que todo parece perdido que debemos tomar poseción de nuestras conquistas. El Señor está con nosotros, no hay derrota a Su lado. Todo servirá para nuestra edificación y la luz del Sol de la Justicia siempre brillará después del vendaval.
Cuando sienta la tentación en los momentos de flaqueza, no ceda… ¡venza!

domingo, 16 de agosto de 2009

A TI QUE TIENES LASTIMADO EL CORAZÓN



” Decid a los de corazón apocado : Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá y os salvara “( Isaias 35 : 4 )
Aquella fotografía de hace quince años, en la que estas muy alegre, tu piel suave como pétalos de rosa y con un porvenir prometedor, no representa en nada lo que ahora eres.
Es muy distinto el tiempo cuando te llenabas de gozo, al saber que pronto llegaría el nuevo fin de semana para ir al teatro, al club deportivo o a visitar algún parque.
Ahora tu vida esta hecha pedazos, las cosas no salieron como deseabas, un golpe terrible golpeo la embarcación de tu vida, la perforo, y el agua de las calamidades, miseria, dolor, angustia y desaparición te han invadido hasta hacer inclinar tu nave, la cual, ya esta a punto de hundirse y desaparecer de la superficie.
El motor de tu vida, que es tu corazón, esta apocado, golpeado, y muy debilitado; ya no tienes fuerzas físicas y hasta tu capacidad mental esta siendo disminuida. Sientes que vives por inercia y actúas por instinto, como los animales; el temor es cada día mas grande y quisieras estar en un calabozo en donde nadie te viera jamas.
Definitivamente, las posibilidades humanas de ser rescatado, es:” cero posibilidades “, porque aunque existiera un 1% de posibilidades, nadie seria capaz de hacer nada por ti, porque te consideran un caso perdido, un problema enorme.
Pero contrario a todos los pronósticos humanos y de la lógica, y a todas las leyes de la física, de la química y de las matemáticas, la Palabra de Dios viene con todo su poder a levantarte ahora:
” Decid a los de corazón apocado : Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá y os salvara “( Isaias 35 : 4 )
Dios viene en tu ayuda ahora !!
Una legión de ángeles sacara el agua de la inundación; sellara la perforación de tu barca, luego la enderezara, te llenaras de animo, desaparecerá el temor, te suplirá con abundantes provisiones, sanara tu corazón, seras prosperado y continuaras por la vida con la bandera en alto, anunciando la salvación que Dios hizo en tu vida. Entregate hoy a Jesucristo en alma vida y corazon,pidiendole perdon por tus pecados y el cambiarà tu vida. Has esta oracion primero leela y despues si de verdad quieres una nueva vida hasla de corazon...en voz alta.
Padre celestial en este momento reconozco que soy pecador(a) y que Jesucristo tu santo hijo muriò por mi, para darme perdòn, por eso ahora te pido perdon y acepto a Jesucristo como mi unico y suficiente salvador, te entrego hoy mi vida para que tu la cambies y hagas de mi un vaso para la gloria tuya en el nombre de jesus amen
José Luis Gonzalez

sábado, 15 de agosto de 2009

Consejos para la Crianza de los Hijos


Criar a los Hijos es Exigente.




Si yo fuera a darle consejos sobre la crianza de los hijos a alguien que quiera ser mamá o papá, haría todo lo posible para ayudarles a entender lo exigente y consumidor de tiempo que es el cuidar de los niños. La crianza de los hijos suena a cielo para los que pronto se convertirán en mamás o papás, pero no mucho tiempo después de que el pedacito de alegría llega, la mayoría comienza a buscar consejos acerca de la crianza. ¿Por qué? Aunque todos sabemos que la crianza de los hijos es exigente, a la mayoría todavía nos toma por sorpresa.
Cuando yo tuve mi primer bebé, no tenía la menor idea de cuánto tiempo le iba a dedicar a cuidar de mi hijo. Debido a que yo era tan ignorante, realmente pensaba que ser mamá no iba a cambiar mucho mi estilo de vida. Todavía tendría tiempo de hacer lo que quisiera hacer, cuando y donde quisiera. Estaba completamente equivocada, y por lo tanto, totalmente desprevenida. Me deprimí debido a la atención constante que él necesitaba. Fue una adaptación tan dura para mí, porque no tenía ninguna idea del hecho de que la crianza de los hijos pudiera ser tan exigente.
Si usted está esperando un bebé o ya tiene uno, el mejor consejo que alguien le puede dar es este:
Esté preparada mentalmente para satisfacer las demandas, y luego propóngase en su corazón a darle a su niño la tan necesitada atención y tiempo, una y otra vez.
Amor Genuino.El siguiente consejo que podría darle sería que los niños no pueden crecer y ser adultos sanos, felices y bien ajustados, a menos que sean amados – amados genuinamente por sus padres.
Los niños necesitan saber que son especiales, importantes, e irremplazables. De otra manera, no serán capaces de superar esta afirmación tan necesitada. Tratarán de buscarla en las drogas, en las malas relaciones, y en la rebelión. No estarán equipados emocionalmente para soportar de frente la presión de grupo.
Los niños se esfuerzan para obtener la aprobación de sus padres. Pero, nosotros como padres no seremos capaces de dar esta aprobación a un nivel constante si no llegamos primero a entender el consejo número uno, que los niños necesitan nuestro tiempo y atención. Esto es normal para cualquier niño, y si nosotros no entendemos lo imperativo que es esto, en lo profundo de nuestros corazones y mentes, entonces el mensaje que les daremos a nuestros niños es que son una carga. Piense en esto, será imposible para un niño el sentirse como una carga si nosotros nos proponemos primero en nuestros corazones al darnos a nosotros mismos por sus necesidades. Esto es amor genuino y conocemos esto por el ejemplo de Jesús: Él se dio a Sí mismo por nosotros, lo hizo debido a su amor genuino.
En Juan 15:12, Jesús dice: “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.”
La Importancia del Respeto y la Guía.
Esto nos trae a nuestro siguiente consejo, el cual es la guía. Los niños aprenderán lo que ellos vivan. Si nosotros los irrespetamos, ellos nos irrespetarán a nosotros y a otros. Una forma común en que nosotros como padres irrespetamos a nuestros hijos es al no disciplinarlos cuando nos irrespetan.Por ejemplo: Yo le digo a mi hijo de cuatro años, Johnny: “Es hora de irse a la cama, date prisa.” Su respuesta es: “NO” y yo me río y digo: “Que lindo.” Yo lo he irrespetado. En otras palabras, yo no me preocupé por su necesidad de una guía. Si nosotros entramos en la casa de alguien y fumamos, después de que han expresado su deseo de que no fumemos en su casa, yo estaría irrespetando las necesidades del dueño de la casa. Si nos reímos cuando nuestros niños nos faltan el respeto (lo que harán a veces) o no los corregimos, irrespetamos las necesidades de ellos. Los niños necesitan guía. Pero, a menos que nuestra guía provenga del amor, terminará como nada más que ordenes: “Yo soy el padre y tú no eres nada, ¡haz lo que te digo!”
Como padres, les debemos a nuestros hijos el guiarlos para llegar a ser niños respetuosos. De otra forma, crecerán sin respeto por todas las autoridades.
El guiarlos toma tiempo y amor – mucho tiempo y mucho amor. Nunca, nunca se rinda.
Si los niños saben sin lugar a dudas que son amados, especiales, e importantes para sus padres, y están aprendiendo a respetar a los demás, están en el camino hacia un futuro sano y feliz. Pero la clave es el ser persistente y darse cuenta que ese pedacito de alegría vino a este mundo con un número de necesidades grandes, que podemos satisfacer si nos damos cuenta de las exigencias de la crianza de los hijos y los amamos en todas las etapas del crecimiento.
El Salmo 127:3 dice: “He aquí herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.”
Elegir- Los padres cristianos enfrentan la difícil tarea de criar a los hijos en un mundo “políticamente correcto.” En el pasado, los niños crecían en una sociedad que definía claramente lo que era correcto y lo que era incorrecto. Los padres eran reconocidos como la figura principal de autoridad en la vida de sus niños. Ahora, a medida que el mundo se ajusta, nuestros niños reaccionan a una inmoralidad sin precedentes, a conceptos en contra de la familia, y en contra de los padres, en las escuelas y en los medios de comunicación.
Los padres muestran una creciente preocupación a medida que sus niños son animados a rechazar reglas estrictas y verdades bíblicas. Siempre que se menciona la aplicación de las leyes de Dios, una lluvia de organizaciones les advierten a los padres que no impongan sus propios valores a sus niños. Pero los padres cristianos entienden la maldad de cambiar la verdad de Dios por una mentira.
La Biblia habla de los “injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males; desobedientes de los padres. . .” (Romanos 1:30). La rebelión y la desobediencia son tan omnipresentes hoy a medida que la autoridad de los padres se desintegra. Hoy, los padres deben decidir quién y qué moldea la vida de sus hijos. Sin duda alguna, Dios todavía considera a los padres responsables por sus hijos – para instruirlos y para disciplinarlos.
InstruirEn el Antiguo Testamento, Moisés le recuerda a los israelitas su responsabilidad para con sus hijos y nietos. “Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida. Antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos” (Deuteronomio 4:9-10). A todos nos gustaría creer que nuestros hijos tomarán las decisiones correctas basadas en las lecciones que se les enseñaron. Si nuestro hijo encuentra un billete de un dólar en el patio de juegos, ¿qué haría con él? ¿Qué clase de “vara de medir” aplicará cada niño como punto de referencia para la honestidad? Tal vez ese niño se acordará de cómo su padre regresó el sobre de cambio a un cajero.
Cuando instruimos a nuestros hijos, no estamos simplemente presentando una lista de reglas a seguir. Estamos dejando que nuestras “acciones hablen” al entrenarlos de acuerdo a los estándares de Dios. Al vivir una vida recta, los padres les proporcionan a sus hijos el entendimiento de cómo las reglas de Dios gobiernan todas nuestras vidas. Luego, a medida que nuestros hijos maduran, desarrollan el hábito de hacer lo correcto, sirviendo a Dios tomando sus propias decisiones.Es la meta de cada padre el mirar que sus hijos acepten la responsabilidad por sus decisiones. Si nuestros hijos aprenden de sus errores y aceptan la corrección que Dios manda, entonces estamos en el camino correcto.
Un padre trató de tomar un atajo al explicar la responsabilidad, diciendo: “No es lo que haces, sino el si te atrapan o no. Y si te atrapan. . .¡acepta pagar las consecuencias!” Obviamente, no existe una vía rápida para instruir a nuestros hijos. La instrucción de los padres es un arduo camino que comienza al nacer y continúa por muchos años. Y puede haber incontables veces cuando nuestros hijos tomen decisiones despreocupadas y hasta elijan rechazar la instrucción. Esos son los momentos cuando la disciplina es más necesaria.
Disciplinar-Las teorías acerca de la disciplina “correcta” cambian al cabo de unos pocos años – la Biblia nunca cambia. Si los hijos no obedecen, tienen que recibir corrección. La Biblia enseña que esto debe hacerse utilizando una vara de corrección. La vara de la corrección da sabiduría, más el muchacho consentido avergonzará a su madre.” (Proverbios 29:15).A menudo los padres se cansan de disciplinar a sus hijos pequeños. A veces, un día típico parece estar compuesto de quejas y regaños. Los padres se preguntarán si han arruinado todas las oportunidades de tener una relación amorosa con sus hijos. Hasta estarán tentados a darse por vencidos de un todo. “Sólo Dios sabe qué hacer con este niño,” se quejan. ¡¡SÍ, DIOS LO SABE!!
Dios elige a cada padre con mucho cuidado. Porque yo lo escogí, para qué mandara a sus hijos y a su casa después de él, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio. . .” (Génesis 18:19). Dios le encomienda a sus hijos para su cuidado específico. Él quiere que conozca esa corrección firme, bondadosa, que enseñará a sus hijos a obedecerle a Él. “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor” (Colosenses 3:20).
La corrección amorosa y consistente ayuda a los hijos a aprender verdades bíblicas como la auto-disciplina. Dios sabía que Abraham criaría hijos temerosos de Dios y lo bendijo. Al aplicar los estándares de Dios, nosotros también podemos recibir las bendiciones de Dios como padres.